El agua, un nutriente esencial.

El agua es un nutriente al cual no le solemos dar importancia, pero que esencial para mantener el equilibrio del organismo y llevar a cabo una nutrición adecuada.

La OMS recomienda consumir dos litros de agua al día. Sin embargo, muchas personas se quedan en litro y medio o hasta menos. Dado que el primer síntoma de deshidratación es la sed, hay que beber agua a pesar de no tener ganas.

Para lograrlo, es mejor beber a intervalos regulares varias veces al día, en vez de una gran cantidad cuando se siente la necesidad.

 

BENEFICIOS PARA LA SALUD DE UNA CORRECTA HIDRTACIÓN

-Se mejora la digestión, evita el estreñimiento y se favorece la buena absorción de nutrientes en el sistema gastrointestinal.

-Aumento de la energía corporal.

-Se reduce el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, como el de colon o vejiga.

-Actúa como un lubrificante para los músculos y las articulaciones: ayuda a proteger a las articulaciones y a que los músculos funcionen correctamente.

-Previene enfermedades cardiovasculares.

-Ayuda al buen funcionamiento renal, ayudándolos a eliminar toxinas, residuos y nutrientes innecesarios a través de la orina.

-Una adecuada hidratación humecta la piel y preserva su elasticidad, suavidad y color.

Además de todos estos beneficios, el agua es un gran aliado a la hora de perder peso, ya que:

-Reduce el apetito. El espacio que ocupa el agua en el estómago ayuda a conseguir una sensación de plenitud y saciedad.

-Ayuda a reducir la ingesta de calorías. Es fácil acumular calorías líquidas tomando refrescos, zumos, café o té dulce. Por ello, reemplazar algunas de estas bebidas por agua u otras bebidas sin calorías, como el té de hierbas, puede tener beneficios de pérdida de peso a largo plazo.

-Controla la retención de líquidos. Si una persona está predispuesta a retener líquidos, el beber más agua ayuda a su control. Cuando el organismo presiente que está deshidratado, se resiste a eliminar cada gota, así que se hincha. Cuándo se bebe suficiente agua, el cuerpo elimina el exceso agua.

-Aumenta la quema de calorías. Hay estudios que demuestran esta teoría. En uno de 2014, 12 personas que bebieron 500 ml de agua fría y a temperatura ambiente experimentaron un aumento en el gasto de energía. Quemaron entre 2 y 3 por ciento más calorías de lo normal en los 90 minutos después de beber el agua.

Asimismo, el agua también puede aumentar temporalmente el gasto de energía en el reposo del cuerpo. Por otro lado, beber agua fría puede mejorar aún más los beneficios de la quema de calorías del agua, ya que el cuerpo gasta energía, o calorías, calentando el agua para la digestión.

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